Hoy en día, el mercado de electrodomésticos es inagotable, y casi podría decirse que existe un artefacto para cada actividad a desarrollar en el hogar.
Algunos de esos aparatos resultan indispensables para los quehaceres hogareños del día a día, como por ejemplo, la heladera, el lavarropas, la cocina, la pava eléctrica, por citar algunos.
Pero respecto de otros electrodomésticos, surge la duda si realmente vale la pena el gasto.
Uno de los artefactos eléctricos que más polémica desata es el lavavajillas, el cual cuenta con amantes y detractores.
El lavavajillas comenzó a ser utilizado por comercios tales como restaurantes, cafeterías, hoteles, donde se ensucia gran cantidad de platos y cubiertos, y es preciso lavarlos en el menor tiempo posible. Sin lugar a dudas, es un electrodoméstico que facilita la labor de estos negocios.
Pero, a los fines de simplificar el día de día de los hogares, cada vez más personas comenzaron a incorporar al lavavajillas como una electrodoméstico más de la vida doméstica.
Es cierto que sin un lavavajillas, los platos, cubiertos y demás utensilios de cocina se lavan igual, y es por eso que muchas personas consideran que es un artefacto del cual puede prescindirse.
El lavavajillas facilita el trabajo en la cocina, pero al no tratarse de un artefacto económico, sino más bien costoso, es necesario analizar los pros y los contras, y las características de un electrodoméstico de este tipo.
En primer lugar, deberá tenerse en cuenta la capacidad del lavavajilas y sus dimensiones. En el mercado pueden encontrarse modelos que van desde los 4 juegos de platos a los 14 juegos de platos. Cuanto más grande sea la familia, más grande deberá ser la capacidad del lavavajillas, ya que de lo contrario deberá encenderse el aparato a cada rato.
En lo que se refiere a las dimensiones, las mismas son estándar, ya que el ancho de la mayoría de los modelos son de 45 cm o 60 cm.
Pensar que en cocinas pequeñas no puede poseerse un lavavajillas es un mito, ya que si se optimiza el espacio de guardado de la vajilla, un electrodoméstico de este tipo puede caber perfectamente.
El ciclo de lavado de un lavavajillas tiene una duración de entre 120 a 160 min., argumento que utilizan los detractores de este electrodoméstico para desaconsejar su compra. Pero lo cierto es que el lavavajillas puede ponerse a lavar a la noche, mientras se duerme, y solo será cuestión de sacarlos al día siguiente, con el ciclo ya culminado. Además, no debe dejar de mencionarse la clase de lavado, que en casi la totalidad de las marcas y modelos actuales es de excelente calidad. Los lavavajillas lavan a una temperatura promedio de entre 50 a 700 Cº, temperatura que las manos no soportarían jamás. Un dato de suma importancia es que la temperatura de lavado produce la muerte de todas las bacterias, imprescindible para favorecer a la salud de la familia.
Debe tenerse en cuenta que la disposición de los platos y la calidad del detergente que se utilice, determinará el resultado de lavado final.